Está demostrado que una empresa con comunicación factura más.
Pero a nosotros,
no nos interesa la comunicación
que queda mona,
nos interesa la comunicación
que hace pasta.
Y a eso vamos.
Si el secreto está en la masa…
…la calidad de los ingredientes de la masa, importan, y mucho.
¿Tu proyecto tiene un personalidad propia?
¡Estupendo!
¿Tu producto o servicio resuelve un dolor o problema?
¡Doblemente estupendo!
En ese caso…
¡enhorabuena!
ERES MEJOR que tu competencia,
por muchas cosas.
Y tan sólo necesitas poder contarlo al mundo,
presumiendo de tener una MARCA COHERENTE
A nosotros, los proyectos que nos pirran
son los que toda su comunicación es un calco
exacto de su gerencia.
Porque eso significa que si confío en ti,
puedo confiar en tu marca.
Y porque huelen a «verdad»,
que es algo que escasea hoy en día.
Y eso se traduce en pasta,
y si está bien hecho,
pasta gansa.
¿Cómo se hace?
¡Pues coge rodillo en mano,
que comenzamos!
Paso 1. DEFINICIÓN DE CONCEPTO:
El cliente no tiene tiempo para que le cuentes tu concepto en una jornada laboral de 8 horas, por eso, practica el «elevator pitch» para contarle en tan sólo 10 segundos qué problema o dolor resuelve tu producto o servicio y lo que lo hace único al resto de la competencia. ¿Aceptas el reto?.
Paso 2. BRANDING:
No sólo tu logotipo es importante, sino que mantengas los mismos colores, la misma tipografía e, incluso, el tono de escritura. Mantén el mismo estilo corporativo de tu proyecto en TODOS los soportes, desde una factura hasta las redes sociales y el cliente podrá confiar en ti.
Nosotros en nuestra factura ponemos «factura recién horneada» 😉
Paso 3. DOSSIER ESTRATÉGICO:
Si tu negocio no es un «one company» y tienes más personas que trabajen contigo, será importante que tu concepto y tu branding lo pongas por escrito, para que la experiencia del cliente no cambie si habla con Ana o si habla con Juan, ya sabes 😉
¿Y por qué saber quién soy,
lo que me diferencia y
lo que resuelve mi proyecto
me va a traer pasta?
Porque no hay nada que le haga
confiar más a un cliente y
calentarle (la tarjeta) que una
marca con frescura
y con verdad en lo que cuenta.
Es algo cerebral,
en cuanto vemos que todo tiene coherencia,
bajamos la guardia como cliente
y confiamos en quien tenemos delante.
Y si esto lo trabajas
en cada uno de los canales
por los que te comuniques con tu cliente
¡BINGO!
Ante 2 soluciones similares
el cliente escoge la que más
seguridad le aporta.
Y eso huele a pasta,
a pasta gansa,
nuestro olor favorito 😉